La nueva generación de la crítica

La generación de cristal la crítica

Somos la generación de cristal. Vamos al psicólogo ante la mínima adversidad, nos agobiamos en exceso con los estudios, hacemos lo que nos da la gana. Abuso de sustancias, ropa inadecuada, maquillaje exagerado o cortes de pelo demasiado llamativos. Así nos ven.

En su época no se iba al psicólogo, aunque quizás deberían haberlo hecho. Y quizás esa sea la razón por la que nosotros vamos. Tampoco lloraban por los estudios, pero ellos no necesitaban una nota de corte imposible para entrar a la carrera. Y, entre nosotros, sí que hacían lo que les daba la gana, pero no se acuerdan. Mis padres, que tanto critican el consumo de porros, el cual no defiendo, pero tampoco demonizo, vivieron la época de la famosa “ruta del bacalao”. Así que, haciendo balance, quizás no vayamos tan mal.

Lo que nos diferencia de otras generaciones es, sin embargo, nuestro pensamiento crítico. Somos críticos, y no es gracias a la educación que hemos recibido. Las redes sociales son las que han tomado parte en esto. Nos han enseñado que la vida va más allá de lo que vemos en nuestro círculo. Nos hacen poner en duda nuestro modelo de vida. Y claro, sabiendo que, por ejemplo, estudiar una carrera, es el trámite burocrático más extendido y normalizado que hay, es normal que no queramos hacerlo. Y así con todo, o con casi todo.